Damos demasiada importancia a la valoración de los demás

Damos demasiada importancia a la valoración de los demás, cuando realmente no tenemos ningún control sobre ella. No debemos gastar energía en algo que no depende de nosotros, está fuera de nuestro control.

Da igual lo bien o mal que hagas una cosa, siempre habrá alguien alabándote o criticándote. Cada persona evalúa desde su “púlpito”, dejándose llevar por los estereotipos, prejuicios e ideas rancias, muy pocas veces se bajan de ahí o intentar ser empáticos.

No permitas que los juicios ajenos condicionen tu vida. Es cierto que las críticas constructivas pueden ayudarnos a progresar, aunque debemos de ignorar aquellas que pretendan hacernos daño.

No hay que torturarse por lo que puedan o no decir los demás, tenemos que aprender a vivir nuestra vida, con nuestras dificultades o alegrías, pero siendo nosotros mismos, no lo que los demás esperan o quieren.

A veces, es difícil mantener un camino cuando los demás nos dicen que nos estamos equivocando, o lo estamos haciendo mal. Pero uno debe aprender a caminar por el suyo propio, cada cual marcha de forma diferente, aunque los objetivos sean similares.

Si realizas las cosas por los demás, harás feliz al resto, no a ti.

No hay destinos correctos e incorrectos, no sólo hay una forma correcta de realizar las cosas, cada cual ve e interpreta la realidad de una forma diferente, hay multitud de formas para solucionar un mismo problema. Y aquí es donde debemos de ser únicos, solucionar y afrontar nuestros problemas en función de nuestras creencias, valores o formas que creamos más convenientes, sin tener tan en cuenta a los demás, sin miedo a las críticas, sin temor a equivocarnos. Los errores son parte del aprendizaje.

Si no estudio tal carrera voy a defraudar a mis padres, si no acepto tal trabajo y hago lo que dice mi pareja la perderé, como a mí fue bien con el bar, mi hijo debería también trabajar aquí… Elige por ti, no por los demás. Es tú futuro, es tú vida.

Aprende a llevar las riendas de tu vida, toma decisiones, equivócate, rectifica, pero ante todo se fiel a tus principios. Recuerda, es tu vida, tanto en lo positivo como en lo negativo.

Vive tu vida, se feliz con aquello que puedas controlar y dependa de ti, la opinión y valoración de los demás déjala para ellos, no es necesaria para ser feliz, estaría bien que nos apoyasen, pero no es necesario.

Cada personal solucionará o recorrerá sus problemas y su camino de una determinada forma, no te dejes llevar por el juicio de los demás, recuerda la siguiente frase: a quien juzgue mi camino le presto mis zapatos.